Muchas veces se cree o considera que las organizaciones sin fines de lucro no venden servicios o productos, ya que no persiguen obtener utilidades, sino más bien que, todo lo que hacen es a beneficio de su comunidad y objeto social, donde cada ingreso que obtienen es solo para su funcionamiento regular.
Este estigma que muchos consideran como lo normal para una organización sin fines de lucro, ya sea una Corporación, una Fundación, un Club Deportivo o una Organización No Gubernamental (ONG), de que solo cobran cuotas sociales a sus socios; buscan obtener donaciones de personas y empresas; reciben fondos privados de grandes empresas bajo sus programas privados de Responsabilidad Social Empresarial; reciben fondos públicos obtenidos por licitaciones estatales, y/o reciben fondos de entidades internacionales con objetivos sociales como los emitidos por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Si bien una gran parte de organizaciones sin fines de lucro utiliza los mecanismos anteriores como principal fuente de financiamiento, estas arriesgan a qué, en el momento en que sus postulaciones a obtener fondos fracasen, carecerán de toda oportunidad para lograr mantener y mucho menos aumentar su operación, alcance y resultados actuales, y al final se vuelven organizaciones utilitarias que solo trabajan para obtener fondos y hacer lo que el fondo exija cumplir.
Pero no hay nada más alejado de la realidad. Todo el preconcepto recién explicado no es más que un error de pensamiento y ahora comentaremos por qué:
1. Efectivamente la diferencia más clara entre una empresa y una organización sin fines de lucro es que la primera si persigue el lucro, en favor de sus propietarios, es decir los socios accionistas. Mientras la segunda no (aunque se debe aclarar que las organizaciones sin fines de lucro no tiene propietarios sino socios miembros que conforman una Asamblea).
2. No perseguir fines de lucro no es sinónimo de no realizar acciones para que la organización genere ingresos (y ojalá muchos ingresos a lo largo del tiempo). Que se entienda bien, las organizaciones sin fines de lucro también buscan conseguir dinero, obtener resultados financieros positivos más allá de los gastos, comúnmente conocido como utilidad.
3. Ahora, lo relevante del punto anterior, es que dicha utilidad NO se reparte a beneficio personal de ninguno de sus socios miembros, sino que quedan en las arcas de la organización para ser utilizadas en pos del objeto social para la que fue creada, su reinversión, su operación, supervivencia y crecimiento general en el tiempo. Esto es lo que significa no perseguir lucro.
4. Otra de las diferencias tiene que ver con su gobernanza: las organizaciones sin fines de lucro son lideradas por un directorio electo entre sus socios miembros, por periodos de tiempo determinados, bajo elecciones periódicas, generalmente entre 2 y 4 años. Muchas veces las elecciones son cada 2 años, pero renovando en cada elección a sólo la mitad de los miembros de su directorio, con el fin de mantener cierto grado de continuidad en su gestión administrativa y operacional.
5. En cambio, las empresas pueden trabajar con o sin directorio. En el mundo de las micro y pequeñas empresas, los directorios son muy raros por temas de costo, y la empresa es liderada por sus propios dueños. Ya en medianas y grandes empresas por sobretodo, los gobiernos corporativos son llevados por directorios, donde sus miembros son definidos por los accionistas dueños de un porcentaje suficiente para nombrar a un director. Si tienes un alto porcentaje como socio accionista, puedes colocar a más de un director proporcional al número total de directores acordado en sus estatutos.
6. Otra diferencia entre sus directores, es que las funciones de director en una empresa generalmente son remuneradas. Las empresas pueden pagar remuneraciones a sus directores, pero los directorios de las organizaciones sin fines de lucro son ad honorem (que significa que no pueden ser remuneradas).
6. Sin embargo, un director de una organización sin fines de lucro puede ser remunerado si, además de sus responsabilidades como miembro del directorio, este realiza trabajo operacional, como un colaborador o trabajador más, parte del equipo productivo de la organización (siempre que no sea el socio fundador de una fundación). Esto es común en organizaciones sin fines de lucro pequeñas, donde su directorio y socios muchas veces podrían ser considerados también como «el equipo emprendedor», quienes además son los gestores del proyecto. En organizaciones sin fines de lucro más grandes, sus directores muchas veces van más por el prestigio, las conexiones sociales, corporativas, privadas y políticas obtenidas. Y si bien no son remuneradas, estas organizaciones, que podrían ser consideradas grandes (como una universidad por ejemplo), les entregan ciertas regalías.
Volviendo al tema, y ya entendiendo un poco más las diferencias y semejanzas de una organización sin fines de lucro con una empresa privada, es momento de entender que, estas organizaciones también buscan obtener utilidades, y que para lograrlo, también pueden ofrecer e introducir al mercado productos y servicios, al igual como lo hace una empresa privada.
¿Cómo definir un producto o servicio para una organización sin fines de lucro?
Lo primero que se debe tener en cuenta antes de ofrecer al mercado y vender un producto y servicio, son los aspectos administrativos y legales a administrar
1. Inicio de actividades. A diferencia de una empresa que para comenzar a operar, esta debe iniciar actividades desde un comienzo, una organización sin fines de lucro puede existir por mucho tiempo sin inicio de actividades, financiándose exclusivamente del ingreso proporcionado por el pago de las cuotas sociales de sus socios miembros, como también recibiendo fondos públicos, privados o de entidades internacionales. Sin embargo, al igual que las empresas, las organizaciones sin fines de lucro deben iniciar actividades en la institución gubernamental dedicada a llevar los servicios tributarios del país en el que opera.
2. Es importante comprender que, las organizaciones sin fines de lucro tienen un objeto social definido al momento en el que fueron creadas, el que solo puede cambiar por acuerdo de su asamblea y legalizado según los procedimientos administrativos del país en el que opera. Este objeto social es la sola razón de existir de la institución y su trabajo debe ir en concordancia con esto. Por lo anterior el giro comercial que se defina para iniciar actividades debe ir en concordancia al objeto social, o al menos justificar un vínculo entre el giro y el objeto. Esto puede a veces ser difícil pero definitivamente no es imposible.
3. En caso de que la idea de negocio que desea implementar la organización diste mucho del objeto social, es recomendable que la organización cree una empresa, en la cual la organización queda como única dueña o accionista de la nueva empresa.
4. Una vez iniciado el giro, se deben conseguir los permisos de operaciones correspondientes, que defina el país de operación: patentes municipales; permisos de gobernación, permisos locales de operación, permisos otorgados por la autoridad sanitaria cuando corresponda, entre otros similares.
Ahora sí, nuestra organización sin fines de lucro se encuentra lista para poder operar, y al igual que una empresa privada, puede introducir sus productos y servicios al mercado. Es importante recordar que, en la gran mayoría de los casos, con excepciones en giros comerciales puntuales que dependen de la legislación tributaria del país en el que opere la organización, sus productos y servicios estarán afectos y gravados con el impuesto al valor agregado IVA o impuesto general a las ventas IGV. Por ello, para todos los productos y servicios entregados por la organización, se deberá emitir una boleta si estos son vendidos directamente al consumidor final, o factura si los productos y servicios son vendidos a un servicio público, empresa u otra organización sin fines de lucro.
De hecho, lo interesante de esto es que las organizaciones sin fines de lucro tienen, como pueden ver, muchas más alternativas para generar ingresos que una empresa.